En
las manos de Dios Padre…
«Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados.» (Lc 12,6)
Dice Santa catalina de Siena:
Dios me dijo: «Nadie se escapa de mi mano, porque yo soy el que
soy. (Ex 3,14) y Ustedes no existen por ustedes mismos. Existen por mí. Soy el
creador de todas las cosas que participan de mi ser, y no del pecado que no es
creación mía.
Por tanto el pecado no es digno de ser amado.
La criatura me ofende porque ama lo que no tiene que amar, el pecado...
Al hombre le es imposible de salir de mi ser.
O bien, permanece en mí bajo el peso de la justicia que castiga sus
faltas,
o bien permanece en mí, guardado por mi misericordia.
Abre, pues, los ojos de tu inteligencia y mira mi mano: verás que digo
la verdad."
Entonces, al abrir los ojos del espíritu para obedecer al Padre que es
tan grande,
vi el universo entero enfermo metido en la mano del Padre.
Y Dios me dijo: «Hija mía, mira ahora y sé que nadie puede escapar de mi
mano. Todos están tomados por la justicia o por la misericordia,
porque todos me pertenecen, son creados por mí, y los amo infinitamente.
Sea la que fuera su malicia, les haré misericordia a causa de mis
siervos;
escucharé la petición que me presentas con tanto amor y tanto dolor...»
Entonces, mi alma, con embriagada y fuera de sí en un infinito ardor de
amor, sintió a la vez felicidad y dolor.
Feliz por la unión con Dios,
gustando su gozo y su bondad sumergida en su misericordia,
y sufriendo por ver ofendida una tan gran bondad.
(Santa Catalina
de Sena (1347-1380) terciaria dominica, doctora de la Iglesia El Diálogo, 18)
LECTURAS
DEL DÍA:
Romanos 4, 20-25; Salmo Lucas 1, 69-75; Lucas 12, 13-21*
HOY recordamos a SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA – +107 d.C. – mártir – fue nombrado Obispo de Antioquía
en el año 69 – condenado a muerte por ser cristiano, es llevado a Roma – en el
camino escribe 7 cartas dirigidas a las Iglesias de Asia Menor: en una de ellas
dice:
"Por favor: no le vayan a pedir a Dios
que las fieras no me hagan nada. Esto no sería para mí un bien sino un mal. Yo
quiero ser devorado, molido como trigo, por los dientes de las fieras para así
demostrarle a Cristo Jesús el gran amor que le tengo. Y si cuando yo llegue
allá me lleno de miedo, no me vayan a hacer caso, si digo que ya no quiero
morir. Que vengan sobre mí, fuego, cruz, cuchilladas, fracturas, mordiscos,
desgarrones, y que mi cuerpo sea hecho pedazos con tal de poder demostrarle mi
amor al Señor Jesús". VER MÁS EN: http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Ignacio_de_Antioquia.htm
Día 17 - Lunes
- Responsable: Pbro. Rubén Papaleo - Coordinador y diagramador:
Celso E. Pighin
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