La Iglesia - con amor maternal –
nos invita a ofrecer “sufragios” (= Ayuda, favor o socorro), obras buenas que se aplican por las almas del purgatorio…
por nuestros seres queridos que ya han dejado este mundo,
y de un modo especial - por los más necesitados de la Misericordia de Dios…
En nuestro oración personal y en el Sacrificio Eucarístico (la Santa Misa),
pedimos al Señor que los purifique totalmente para que puedan gozar de la paz y del descanso eterno…
En un mundo lleno de incertidumbre, de inquietud y sufrimiento,… Jesús nos recuerda que estamos de paso… que somos administradores… y por tanto no podemos “instalarnos”… debemos partir: nada trajimos, nada nos llevamos…
No obstante: Jesús nos recomendó amontonar tesoros/ganancias en el Cielo: nuestras obras buenas… nuestros actos de amor por los demás… entre los cuales están nuestros cercanos que ya han partido a la casa del Padre!...
San Alberto magno dijo:
“Oír una sola Misa en vida
trae más provecho al alma
que si después de muerto, tus familiares te ofrecen mil.”
NO obstante, es bueno y provechoso ofrecer sacrificios por los muertos… más siendo el ofrecido por el mismo Jesús al Padre.
LECTURAS DEL DÍA: Romanos 8, 26-30; Salmo 12, 4-6; Lucas 13, 22-30*
HOY recordamos a SAN BERNARDO CALVÓ -1180/12343 – abogado/abad –misionero -
Día 26 - Miércoles
- Responsable: Pbro. Rubén Papaleo - Coordinador y diagramador: Celso E. Pighin
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