“JUNTO A LA CRUZ DE JESÚS, ESTABAN SU MADRE Y LA HERMANA DE SU MADRE…” – Juan 19,25
Muchas
veces protestamos, chillamos, lloramos porque debemos sufrir… ya algún contratiempo,
ya alguna separación, ya una enfermedad prolongada o final…
Hoy
junto con María, al pié de la cruz donde está agonizando su Hijo amado… bien
Pablo
dice:
“ahora me alegro
de poder sufrir por ustedes,
y completo en mi carne lo que le falta a los padecimientos de
Cristo
para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia”. (Col.1,24)
Es
la “astillita” que le falta a la Cruz de Jesús…
Entonces,
yo – no por mérito propio – sino en virtud del mismo Jesús – me convierto en “salvación”,
uniendo mis padeceres a los de Él!..
Esas
gotitas de agua que el Sacerdote vierte en el cáliz en la Misa, y que
desaparecen en medio del vino… nos representan a nosotros, que unimos lo “nuestro”
(trabajo, cansancio, dolor, alegría y penas, virtudes y pecados) y nos “fundimos
en Jesús”… y, con Él, lo nuestro adquiere, por Él, un valor extraordinario… y
esto “nos alegra” como expresa San
Pablo…
María
estuvo unida al dolor de Jesús en la cruz… acompañando con su presencia y con
su Amor
a su Hijo…
“Dios nuestro, que por un
misterioso designio has dispuesto completar la Pasión de tu Hijo con los sufrimientos
y dolores de los hombres,
te pedimos que, así como has querido
que la Virgen estuviera junto al Hijo moribundo para participar de sus dolores,
también nosotros, imitando a la
Virgen, acompañemos generosamente a tantos hermanos que sufren, para llevarles
tu Amor y tu Consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor…”
LECTURAS
DEL DÍA:
Jeremías 20, 10-13; Salmo 17, 2-7; Juan 10, 31-42*
HOY
recordamos a la Virgen María al pié de la Cruz -
Semillas de Vida - Servicio de Espiritualidad Parroquial
Día 18 de Marzo
de 2016 – Viernes
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