domingo, 25 de marzo de 2012


En el “Año de la Fe”…


“Si el grano de trigo que cae en tierra, no muere, queda solo;
pero si muere, da mucho fruto.”


Sufrir por sufrir, es absurdo e indigno del hombre.
Sufrir porque “no hay otra”
porque ésa es la condición humana, es un motivo muy pobre, aunque pueda ser frecuente.
Sufrir para mostrar mi capacidad de autodominio o mi grandeza humana, es de pocos, y casi siempre adolece de orgullo.
Sufrir “por fidelidad” a unos principios y a unas convicciones que sustentan la propia vida, ahí está el verdadero sentido y valor del sufrimiento.

Sufrir por fidelidad a la propia conciencia,
Aunque los estímulos externos nos induzcan al “disfruta el presente” y a la satisfacción de las mil solicitaciones del vicio y del pecado…
Sufrir por fidelidad a los deberes de mi estado y profesión, con sinceridad y constancia… sin miedo de aparecer “débil” y sin miedo al respeto humano…
Sufrir por fidelidad a las propias convicciones religiosas… siendo siempre coherente y auténtico…
Ese sufrimiento –a los ojos de Dios – tiene sentido y valor: valor de redención, como el sufrimiento de Jesús, nuestro Redentor.

Este  “sufrir” no es fácil,
         pero no deja de ser hermoso y sobre todo fecundo…

(Tomado de Catholic.net – P.Octavio Ortiz – s/B-5ª Domingo de Cuaresma)


Domingo 5º de Cuaresma:
LECTURAS DEL DÍA: Jeremías 31, 31-34; Salmo 50, 3-4.12-15; Hebreos 5, 7-9; Juan 12, 20-33*

CUMPLE AÑOS: Carmen Vaglio – nos unimos a su acción de gracias y oramos por ella.


Día 25 - Domingo
- Responsable: Pbro. Rubén Papaleo - Coordinador y diagramador: Celso E. Pighin

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