“VERBUM DOMINI…”
(La Palabra del Señor)
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| "Mi Palabra es como la lluvia y la nieve..." |
Tercera Parte: la Palabra de Dios al Mundo…
«A Dios nadie le ha visto jamás:
El Hijo único, que está en el seno del Padre,
es quien lo ha dado a conocer» (Jn 1,18)
El Hijo único, que está en el seno del Padre,
es quien lo ha dado a conocer» (Jn 1,18)
La misión de la Iglesia: es anunciar la palabra de Dios al mundo…
San Juan afirma por un lado que “a Dios nadie le ha visto jamás”… y por otro lado dice que “el Verbo se hizo carne”…
El Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, ha revelado al Dios que nadie ha visto jamás…
El evangelista Juan, en el Prólogo, contempla al Verbo desde su estar junto a Dios hasta su hacerse carne, y su vuelta al seno del Padre, llevando consigo nuestra misma humanidad, que Él ha asumido para siempre.
En este salir del Padre y volver a Él,
el Verbo se presenta ante nosotros como «Narrador» de Dios… como el “revelador” del Padre (según San Irineo)
“Él es imagen del Dios invisible”…
Isaías hablaba de la eficacia de la Palabra de Dios, comparándola a la lluvia y la nieve bajan desde el cielo para empapar la tierra y hacerla germinar,
así la Palabra de Dios «no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo» (Is 55,10s).
Jesucristo es esta Palabra definitiva y eficaz que ha salido del Padre y ha vuelto a Él, cumpliendo perfectamente en el mundo su voluntad.
(EXHORTACIÓN APOSTOLICA “VERBUM DOMINI” - 30-09-2008 – Benedicto XVI – nº 90)
LECTURAS DEL DÍA: Hebreos 5, 7-9; Salmo 30, 2-6.15-16.20; Lucas 2, 33-35*
HOY recordamos a NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES – ver historia:
A Benedicto XVI le gustan los discursos cortos: “Una sociedad que no acepta al que sufre no es una sociedad humana”. Muy cierto: el que sufre es molesto, es una carga, es débil… y a la sociedad del siglo XXI no le gustan los débiles.
Cumple años de ELIDA DEL CARMEN PIGHIN e IGNACIO BOTTO – nos unimos a sus acciones de gracias y oramos por ellos.
Día 15 – Jueves- - Responsable: Pbro. Rubén Papaleo - Coordinador y diagramador: Celso E. Pighin
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