“Y POR HABER EXPERIMENTADO PERSONALMENTE LA PRUEBA…” – Hebreos 2,14-18
Jesús,
dice la Carta a los Hebreros – puede ayudar a los
que están sometidos a la prueba, porque ha experimentado – en carne
propia – la prueba y el
sufrimiento…
No
se trata de alguien que no ha compartido nuestra naturaleza… Al contrario, se
sometió a todo el ciclo humano, desde estar encerrado en el vientre de una mujer
durante nueve meses… tener sed, hambre… la necesidad de ser atendido… persecución,
desentendimiento… y al final la muerte en una cruz…
Es
que Jesús no vino al mundo para socorrer a los Ángeles… sino a los
descendientes de Abraham… a los humanos…
Debió
hacerse semejante en todo a sus hermanos, para poder ser un sumo Sacerdote
Misericordioso… y fiel al Servicio de Dios…
Por
tanto, no le podemos decir a Cristo que Él es Dios… y que no sabe de nuestras
miserias… No. Durante treinta años estuvo junto a nosotros, viviendo las
circunstancias de su pueblo… con todas sus privaciones y problemas… Debió hasta
aprender a trabajar para ganarse el pan…
No.
No fue un extraño a nuestra humanidad… Debió aprender a obedecer desde chico…
Todo ello, nos lleva a acercarnos a Él con confianza y cariño…
seguros de que podemos mirar su Misericordia… y esperar en Él…
LECTURAS
DEL DÍA: Malaquías 3, 1-4; Salmo 23, 7-10;
Hebreos 2, 14-18; Lucas 2,22-40
HOY recordamos
LA PRESENTACION DEL SEÑOR AL TEMPLO: LUZ DEL MUNDO…
Semillas de Vida - Servicio de Espiritualidad Parroquial
Día 02 de Febrero
de 2018 – Viernes
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