JESÚS COMPADECIDO, SANA AL “LEPROSO” –
Marcos 1,40-45
El
Evangelio de San Marcos, al comenzar casi, ya nos presenta a Jesús, compadecido
ante la suerte de este leproso, que se le acerca (cuando ‘no debía’), y le pide
su
ayuda…
En
el Pueblo Judío, ser “leproso” (o contraer esta enfermedad), era lo peor que te
podía pasar: te convertías en alguien despreciado, evitado, marginado, expulsado
de la ciudad, de la familia… ya no eras nadie: habías recibido el castigo
divino… eras algo menos que un humano… debías gritar tu presencia para que los
demás te esquivaran… se lo temía (porque era un enfermedad contagiosa). Era “impuro”…
No podía entrar a la ciudad.
Jesús
permite que se le acerque… habla con él… lo toca!.. lo sana!..
Es
la imagen de la Misericordia de Dios:
la Iglesia siempre vio en esta enfermedad a la humanidad caída en el pecado…
Esta enfermedad refleja las consecuencias del pecado: te separa… ya no estás en
comunión con los hermanos… (La Vida de Cristo no circula en tí... estás muerto
en vida).
A
estos “leprosos”… Cristo nos vino a sanar…
Gracias
a Él dejamos de ser proscritos, marginados… nos devuelve el lugar en la
creación… nos humaniza, devolviéndonos la dignidad… y ahora, podemos entrar en
la Casa del Padre (en la familia!)…
“-Si quieres puedes purificarme…”
“-Lo quiero, queda purificado!..”
(Ánimo!..
No hay mal-pecado que Cristo no pueda revertir…)
LECTURAS
DEL DÍA:
Hebreos 3, 7-14; Salmo 94, 6-11; Marcos 1,40-45*
HOY recordamos
a SAN VICTORIANO DE ASÁN - +558 - ver más en: http://vidas-santas.blogspot.com.ar/2013/01/san-victoriano-de-asan-abad.html
Semillas de Vida - Servicio de Espiritualidad Parroquial
Día 12 de Enero
de 2017 – Jueves
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