“MI CASA SERÁ UN CASA DE ORACIÓN…” – Lucas 19, 45-48
En
la época de Jesús, los pecadores, los impuros… no podían entrar al templo…
Pero
sí, en él se negociaba: ”había vendedores”:
mesas de cambio de monedas
(porque para comprar un animal para sacrificar, no
podía hacerse con la moneda de los paganos…), se vendían palomas, ganado menor
y mayor… harina, aceites, vino para libaciones…
A todos recibe Jesús... |
Esta
actitud, a Jesús lo irrita… y echa afuera a todos ellos…
El
Templo debe ser un lugar o “casa de oración”…
y debe tener abiertas sus puertas a todos los que deseen encontrarse con Dios…
El
templo no es un lugar para “Santos”,
sino para “pecadores que quieren ser santos”…
por eso se acercan a él… en busca de luz, de ayuda, fortaleza… porque el humano
sabe que sus fuerzas e intenciones, no alcanzan…
En
nuestra Comunidad tenemos el Santísimo expuesto día y noche, para los que lo
quieran acompañar… o mejor: estar en su Compañía! Dios presente, y disponible
para quien se acerque!.. Dispuesto a regalar su Misericordia a cuantos la
buscan…
No
tienes que ser “santo” para acercarte a Él… “Él
vino a buscar lo que estaba perdido”…
Jesús
echó a los “negociantes”: a los que hacían negocios en sus atrios…
No
quieras “coimear” a Dios: ‘yo vendré a
Misa si Tú me concedes…’ Dios no
necesita nada de ti…
Te
ama, y quiere que seas feliz… por eso está a tu disposición, para que vayas a
su encuentro… porque Él no rechaza a los de “corazón humillado y contrito”…
“El Señor está aquí y te busca…”
LECTURAS
DEL DÍA:
1 Macabeos 4, 36-37.52-59; Salmo: 1 Cro.10-12; Lucas 19, 45-48*
Semillas de Vida - Servicio de Espiritualidad Parroquial
Día 20 de Noviembre
de 2015 – Viernes
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