En el “Año de la Fe”…
La
educación de los hijos... en la familia...
“…contemplamos, como continuación del Misterio de la Encarnación, la inserción
del Hijo de Dios en la comunidad humana por excelencia, la familia,
y la progresiva educación de Jesús por parte de José y María. Como dice el
Evangelio, «Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y
ante los hombres» (Lc 2,52).
El libro del Siracida:… «el Señor glorifica al padre en los hijos, y
afirma el derecho de la madre sobre su prole» (Si 3,2). Jesús tiene doce años y
manifiesta la buena educación recibida en el hogar de Nazaret. La sabiduría que
muestra, evidencia, sin duda, la acción del Espíritu Santo, pero también el
innegable buen saber educador de José y María. La zozobra de María y José pone
de manifiesto su solicitud educadora y su compañía amorosa hacia Jesús.
No es necesario hacer grandes razonamientos para ver que hoy, más que
nunca, es necesario que la familia asuma con fuerza la misión educadora que
Dios le ha confiado. Educar es introducir en la realidad, y sólo lo
puede hacer aquél que la vive con sentido. Los padres y madres cristianos han
de educar desde Cristo, fuente de sentido y de sabiduría.
Difícilmente se puede poner remedio a los déficits de educación del
hogar. Todo aquello que no se aprende en casa, tampoco se aprende fuera, si no
es con gran dificultad. Jesús vivía y aprendía con naturalidad en el hogar de
Nazaret las virtudes, que José y María ejercían constantemente: espíritu de
servicio a Dios y a los hombres, piedad, amor al trabajo bien hecho, solicitud
de unos por los otros, delicadeza, respeto, horror al pecado... Los niños, para
crecer como cristianos, necesitan testimonios y, si éstos son los padres, esos
niños serán afortunados.”
LECTURAS
DEL DÍA: 1
Juan 2, 22-28; Salmo 97, 1-4; Juan 1,
19-28*
HOY
recordamos a SAN BASILIO MAGNO Y A SAN GREGORIO DE NACIANZO, Obispos y doctores de
la Iglesia –siglo IV - De San Basilio
son aquellas famosas palabras: "Óyeme cristiano que no ayudas al pobre: tú eres un verdadero
ladrón. El pan que no necesitas le pertenece al hambriento. Los vestidos que ya
no usas le pertenecen al necesitado. El calzado que ya no empleas le pertenece
al descalzo. El dinero que gastas en lo que no es necesario es un robo que le
estás haciendo al que no tiene con que comprar lo que necesita. Si pudiendo
ayudar no ayudas, eres un verdadero ladrón".
Ver más en: http://www.ewtn.com/spanish/saints/Basilio.htm
Día 02 de Enero
de 2013 - Miércoles
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