En el “Año de la Fe”…
“El Espíritu penetra todo, hasta lo
más íntimo de Dios.
Quién puede conocer lo más íntimo del
hombre, sino el espíritu del mismo hombre?
De la misma manera,
nadie conoce los secretos de Dios,
sino el Espíritu de Dios.
Y nosotros no hemos recibido el
espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que reconozcamos
los dones gratuitos que Dios nos ha dado.
Nosotros no hablamos de estas cosas (de los
dones gratuitos de Dios) con
palabras aprendidas de la sabiduría humana,
sino con el lenguaje que el espíritu de Dios nos ha enseñado, expresando en
términos espirituales las realidades del Espíritu.
El hombre puramente natural, no
valora lo que viene del Espíritu de Dios: es una locura para él y no puede
entender…
Pero,
nosotros tenemos el pensamiento de Cristo”. (1
Corint. 2, 10-16)
Cuando quiero conocer algo lo analizo,
compruebo su medida, su peso… Su naturaleza material es un libro abierto que la
ciencia descifra poco a poco.
Pero… cuando quiero conocer a alguien (a una persona),
no
tengo otra solución que esperar a que esa persona quiera revelárseme…
El hombre más sabio, capaz de analizar un
átomo, es impotente para descubrir lo que piensa su esposa, si ella no quiere decírselo.
Esto nos puede ayudar a comprender la inmensa
diferencia que existe entre el conocimiento de tipo científico (o racional), y
el conocimiento de la revelación o de la Fe…
El conocimiento científico se conquista. Al conocimiento de una persona,
lo recibimos.
Sólo el Espíritu de Dios conoce lo que hay
en Dios, y aquel a quien Dios quiera revelárselo.
La sabiduría de Pablo y la del creyente tienen su fuente en el mismo Espíritu
de Dios. Se trata de recibir y no de conquistar. (Tomado de Encuentro
con la Palabra – Sept.2012)
(En el hombre
está el querer o no, “recibir” esa revelación.)
LECTURAS
DEL DÍA: 1
Corintios 2, 10-16; Salmo 144, 8-14; Lucas 4, 31-37*
Por FM 94.7 Radio
Ciudad – de 13.30 a 14.00 hs – REZO DEL
SANTO ROSARIO
Día 04 de Setiembre
de 2012 – Martes
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