viernes, 2 de febrero de 2018

“Y POR HABER EXPERIMENTADO PERSONALMENTE LA PRUEBA…” – Hebreos 2,14-18

Jesús, dice la Carta a los Hebreros – puede ayudar a los que están sometidos a la prueba, porque ha experimentado – en carne propia – la prueba y el
sufrimiento…

No se trata de alguien que no ha compartido nuestra naturaleza… Al contrario, se sometió a todo el ciclo humano, desde estar encerrado en el vientre de una mujer durante nueve meses… tener sed, hambre… la necesidad de ser atendido… persecución, desentendimiento… y al final la muerte en una cruz…
Es que Jesús no vino al mundo para socorrer a los Ángeles… sino a los descendientes de Abraham… a los humanos…
Debió hacerse semejante en todo a sus hermanos, para poder ser un sumo Sacerdote Misericordioso… y fiel al Servicio de Dios…

Por tanto, no le podemos decir a Cristo que Él es Dios… y que no sabe de nuestras miserias… No. Durante treinta años estuvo junto a nosotros, viviendo las circunstancias de su pueblo… con todas sus privaciones y problemas… Debió hasta aprender a trabajar para ganarse el pan…
No. No fue un extraño a nuestra humanidad… Debió aprender a obedecer desde chico…

Todo ello, nos lleva a acercarnos a Él con confianza y cariño… seguros de que podemos mirar su Misericordia… y esperar en Él…


LECTURAS DEL DÍA: Malaquías 3, 1-4; Salmo 23, 7-10; Hebreos 2, 14-18; Lucas 2,22-40

HOY recordamos LA PRESENTACION DEL SEÑOR AL TEMPLO: LUZ DEL MUNDO…
  

Semillas de Vida - Servicio de Espiritualidad  Parroquial
Día 02 de Febrero de 2018 – Viernes 

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